El 31 de octubre es el aquelarre (reunión nocturna de brujas y brujos presidida por satanás) más solemne e importante de las brujas y señala el comienzo del Año Nuevo satánico.
El origen de HALLOWEEN
Hay dos noches especiales para la brujería: el 30 de abril y el 31 de octubre.
Ambas noches corresponden a celebraciones celtas.
La primera es la noche de walpurgis (“Beltaine” era la fiesta celta del día siguiente), la segunda -más mentada- es el 31 de octubre, que coincide con la celebración cristiana de Halloween.
La palabra Halloween es una contracción de una frase en inglés que significa “Víspera de Todos los Santos” (All Hallows’ Eve), o sea la víspera de la fiesta de Todos los Santos.
Por lo tanto el nombre Halloween es claramente católico y no protestante, porque los protestantes no creen en los santos.
Esta fiesta se instauró en el mundo anglosajón católico como una vigilia a la Fiesta de Todos los Santos. Algunos dicen que era una vigilia católica más, y otros que pretendió reemplazar a la conmemoración pagana del año nuevo de los celtas.
Desde antes de la llegada de los romanos, el 1 de noviembre los celtas celebraban una fiesta de la tierra y la naturaleza, Samain, era la transición entre el verano y el invierno. En la víspera (“Oidhche Shamhna”) se seguían ciertos ritos y costumbres porque se asumía que espíritus de toda clase circulaban con libertad, pues los límites entre el mundo de los muertos y de los vivos se desvanecían, de manera que cosas como comunicarse con ellos ocurrían esa noche.
Los sacerdotes celtas recogían las bayas del muérdago y otros elementos mágicos y hacían predicciones sobre el futuro, no en vano se denomina a la noche del 31 de octubre “la noche de las brujas”, pues aún hoy es una noche en que brujos y amigos del satanismo se reúnen por considerarla especialmente apta para sus infames quehaceres.
La época del año que se avecinaba, el invierno, era de escasez de alimentos y de muerte de la naturaleza. Esa noche quienes habían muerto en el año retornaban y en muchos casos debían ser guiados al otro mundo, a veces utilizando nabos huecos (se discute si los celtas usaban calabazas), se encendían hogueras al aire libre y todo el pueblo participaba dejando las casas a oscuras y frías para que los espíritus no las encontraran agradables para permanecer en ellas.
Por eso también se hacían reuniones ruidosas para que no creyeran que iban a encontrar tranquilidad. Dice la historia que también se dejaba comida en las puertas para que los espíritus no tuvieran que entrar si tenían hambre y que ya que la creencia era que espíritus malignos, brujas y duendes andaban por ahí, se tallaban caras espantosas en nabos para ahuyentarlos. Para mayor seguridad y con el fin de engañarlos, las personas se disfrazaban o se pintaban la cara, pues podían intentar entrar en ellos y si los espíritus malignos no recibían un festín (treat), entonces ellos harían travesuras malas a los vivos (trick).
Las hogueras ardían y, en ocasiones, algunas personas eran incineradas en ellas como sacrificio.
En lo que hoy es Irlanda, estas hogueras que ardían en lugar de los fuegos caseros, comenzaban con antorchas provenientes del fuego sagrado de los celtas.
Alrededor del siglo IX la iglesia estableció la fiesta de todos los santos el 1 de noviembre, y la de todas las almas el día siguiente (Día de los Difuntos).
Algunos estudiosos dicen que esta era una estrategia papal tendiente a no ordenar simplemente la desaparición de las costumbres paganas (lo cual causaba enorme resistencia en el pueblo).
Sino reemplazarlas con prácticas más cristianas con el fin de hacerlas desaparecer con el tiempo.
La estrategia tuvo éxito completo en otras festividades, pero en Halloween no se logró todo lo que se perseguía, tal vez porque Halloween era un festival, mientras que Todos los Santos es una conmemoración más pasiva, así que las dos cosas se mezclaron. Por ejemplo, en la fiesta de la víspera de todos los santos se pretendía que la gente se disfrazara de santos y ángeles y durante época de la cristiandad eso se logró realizar, pero con el tiempo primaron los contenidos más malignos hasta llegar al momento actual.
Hoy Halloween, un nombre claramente católico que le fue arrebatado a la Iglesia, y fecha en la cual muchos piensan que se ha transformado en una festividad primeramente profana, una excusa para disfrazarse de algo macabro y tener fiesta y especialmente una ocasión para que los comercios vendan, es una fecha donde de todas maneras, verdaderos brujos y brujas así como practicantes del ocultismo aún preservan sus creencias paganas y consideran el 31 de octubre como un tiempo sagrado y poderoso, invocando la ayuda de satanás, encaminando gente a el concepto detrás del día de las brujas, que está relacionado con las tinieblas, la muerte, el temor, el engaño, los ritos paganos y el satanismo. Es por esto que cada año se incrementa más el satanismo dentro de esta celebración. En algunos países se realizan sacrificios honrando al dios de la muerte, eligen la reina de las brujas en la iglesia de la magia negra y la elegida obtiene fama, fortuna y poderes psíquicos para hacer maldades, esta celebración del 31 de octubre es llevada adelante por diversos grupos satanistas haciendo rituales en misas negras con malignas intenciones, en estas sectas sacrifican animales (perros, gatos, gallinas, etc.) y si la fiesta es muy importante, como la del 31 de octubre, seres humanos, preferentemente niños, porque no han pecado y son los preferidos de Dios. Es por esto que recomendamos cuidar de los niños en esta fiesta ya que casi nunca llegan al asesinato ritual de una víctima inocente y si lo hacen, es casi imposible descubrirlo a no ser que se les sorprenda en la celebración misma del rito.
Fuente: https://co.tuhistory.com/ | irish-geneology-toolkit.com